miércoles, 19 de junio de 2013

La cabeza de barro

(Basada en hechos reales)
Érase una vez y es así que así fue, que en las lejanas tierras del país de “Irás y a saber si volverás”, existía una cabeza de barro, agrietada por la frente, que hablaba chino y tagalo.
Cien científicos de distintas partes del mundo salieron en su busca con un pasito hacia adelante y dos pasitos hacia atrás, pero como así no hay quien llegue a ninguna parte, decidieron regresar a sus casas.
Menos mal (pero mal, en cualquier caso) que el Presidente de la Fundación (sin ánimo de lucro para terceros) “Nóosloverá y tu no lo catarás", decidió y aprobó por su acuerdo presidencial y unánime, viajar en expedición al desconocido país con toda la familia y amiguetes: 13 con miembro viril (2 más sin miembro), las esposas semivitalicias de los susodichos, los hijos seminaturales y los semiyernos putativos (en total 43 sólo), a gastos pagados en morro-business-class, y todo ello, claro está (aunque no parezca claro), para testificar tan magno acontecimiento.
En el viaje se encontraron fantasmas con sábanas de lino (en invierno de cashmere); Gnomos japoneses reivindicando bonsáis para el bosque; A la diosa Proserpina después de su cambio de sexo; Mendigos que pedían autógrafos para prevenir el colesterol (asegurando así el futuro de sus descendientes); También coincidieron con Heidy arrancándose los pelos porque Marco, en un tropiezo, se enamoró de la cabra y se tiró al monte (también a la cabra).
Vieron todo ello y mucho más. Pero lo que no vieron fue la cabeza de barro, agrietada por la frente, que hablaba chino y tagalo.



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