lunes, 15 de julio de 2013

La Peregrinación

Los martes 13 y/o viernes 13 y medio si son años bisiestos, se reúnen mogollón de peregrinos extranjeros y todos a una, o a la de tres, se sumergen como vinieron al mundo (puro vicio) en la famosa cascada "Aguavá", desde una altura de 13 metros, o 13 y medio en los no bisiestos. Allí se ponen de H2O hasta las trancas, en la creencia de que cuanto más beban menos sed tendrán si algún día van al desierto. Los no ahogados (prueba superada), previa jartá de "hierbas", entran en éxtasis y comunicación directa con Aporhilo: venerado profeta intermediario entre los más pallá que pacá y su ser supremo.
Cabe destacar, entre los hechos que le confirman como "elegido" y dotado de facultades para anormales que, ya a los nueve meses previos a su nacimiento, visualizó, con todo lujo de detalles, a su papá sobre la tabla de la plancha planchándose a la señora de la limpieza (su mamá).
Como por aquellas fechas ya existía Dios, por lo menos eso le dijeron, se vio privado de ser el primero en comunicárselo a los de este mundo (los alienígenas, que le presentaron por casualidad, no lo sabían).
En su última revelación, dijo que sólo serían válidas e indisolubles (lo que no pasa con el azúcar) las parejas de a dos, con independencia de sexo o especie, que hubiesen sido contraídas vía on line. Asimismo les conminó a suscribirse a su antivirus por ser el único eficaz contra ibéricos de bellota y troyanos de recebo como Follameyakis, que actuaba en las días de cuarto menguante y noches de sol creciente, atacando o destruyendo a cursis y cursivas (con independencia de edad, tamaño y profesión). Y para aquellos que quisiesen tener descendencia a través del whatsApp , les recordaba que debían pagar ya (o de forma inmediata) la cuota correspondiente (una pasta) a la suscripción de su página http://Aporhilo profeta en pruebas punto com. Los seleccionados (todos, claro está) a dedo pulgar, disfrutarían de sus vástagos en el más allá y en formato 3D y full HD.
Terminado el acto y en medio, más o menos, de la histeria colectiva, se fue por donde no había venido. Y hasta otra.

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