jueves, 14 de junio de 2012

"Los Marqueses de Todogrande"

La siguiente anécdota de mi inseparable amigo, al que dicho sea de paso sólo tuve el gusto de ver una vez, la supe al encontrar su tao en el Libro de las Mutaciones (I Ching). Allí descubrí, con no pocas dotes receptivas, que hace 6 años, dos meses, 55 días y 110 minutos, sin carta de presentación, ni curriculum vitae, ni informe favorable y pese a ser enclenque y contrahecho de nacimiento, consiguió un duro trabajo de escolta y agente de seguridad en Casa de los Marqueses de Todogrande Yahivandós de Tontolín y W. de Mastontolinez, en cuyo celo profesional no sólo guardaba las espaldas, sino también la delantera y vientre bajo de su heredera universal la Señorita Carlota Marimar y Monada Delaconcepción Casivirgen quien, al sentir en un tropiezo el único atributo que le sobresalía, se enamoró locamente conforme a su condición.

Resignado a su suerte accedió, no por el interés sino por el capital, a contraer matrimonio nupcial con amor ciego, pues nadie lo vió claro y además era fea con ganas y sin posibilidad de mejoría según ínclitos galenos que aconsejaron por unanimidad y como único remedio, encargar una novena a la Patrona de los Deshechos y a Sor Alegrías para que quedase como estaba, pues el injerto Chicholín practicado únicamente en la mama derecha y en fase de prueba, no resultó práctico y menos aún estético.

Cabe destacar que aunque siguen casados, bajo el régimen de pérdidas de ella y ganancias de él, la relación que mantiene el mantenido es distante, al haberla enviado hace ya cuatro años y medio a la India para perseverar en la esotérica práctica de los tantras que “tranta” falta le hacía. Así él pudo tener más tiempo en la ardua labor de compromisos sociales y en la estresante tarea de jugarse la pasta en los casinos, así como en la de visitar, acompañado de meretrices explosivas (que él explotaba), las suites de todo el mundo para estudios de mercado de abastos, no olvidemos ni echemos en saco roto o talego, que habla (por señas) al menos setenta lenguas (paladares incluidos) entre idiomas y dialectos.

Los porqués y el alto coste de esta interesantísima historia los dejaré para otro momento.

Ahora, y sin más, aprovecho la ocasión para expresar, a mi gran amigo, la más sentida condolencia ya que en este momento puedo confirmar a través de facultades parafernales que un martes con suerte se convertirá en marqués consorte y viudo heredero universal de su millonaria y nunca bien ponderada esposa, Doña Carlota Marimar y Monada Delaconcepción Casivirgen, marquesa de Todogrande Yahivantres de Tontolín y W. de Mastontolinez, quien pasará a mejor vida (y sobre todo Aporhilo gracias a su fortuna). Pido a Dios colme su cuerpo insatisfecho de deseos carnales, por los siglos de los siglos.

Amén o así sea de vez en cuando.



P.D. He podido saber, también por fuentes cercanas al marqués consorte, que Dña. Carlota Marimar y Monada Delaconcepción Casivirgen marquesa de Todogrande Yahivancuatro de Tontolín y W. de Mastontolinez dejó a la postre un novio carnal y putativo experto en polemología. Grandes estrategas de la época, siguiendo sus consejos, fabricaron o hicieron acopio de armas de todo tipo, incluyendo tanques, tirachinas, aviones de combate o cerbatanas. El arsenal defectuoso y de poco alcance lo aprovechaban vendiéndoselo a grupos étnicos y religiosos consiguiendo así arruinar a potenciales enemigos, a quienes además ya podían atacar y destruir por encontrarse armados.

Algunas de estas bélicas historias en las que participó, a instancia de la O.T.A.M. (Organización Trasnochada del Atlántico Maltrecho) como asesor de los enemigos, se las contaré a Uds. una vez me sean verificadas y ampliadas.

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